Senado de la República – Sesión Plenaria

25 DE ABRIL DE 2017

 

MI OPINIÓN

 

Según estadísticas del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar; cada día se presentan 23 casos de abusos contra menores, sin contar que en lo corrido del año 2017, se han radicado 2.500 denuncias por abusos.

El instituto de Medicina Legal no presenta cifras alentadoras, por el contrario, aduce que en el primer trimestre del año 2017, se han practicado 4.315 exámenes a menores de edad para determinar posibles abusos sexuales. A esto se suma un ingrediente más, y es la violencia por razón del género. Al respecto, la Procuraduría General de la Nación reveló que el 85% de los casos de violaciones son en mujeres y niñas, lo cual nos hace suponer que el género esta intrínsecamente vinculado con este tipo de actos aberrantes.

Una rápida radiografía sobre el asunto, permite establecer: Primero, que entre 2014 y 2016 un total de 30.503 niñas sufrieron de abuso sexual[1]; segundo, que la mayoría de las víctimas son mujeres; y tercero, que la violencia contra menores además del abuso sexual, incluye homicidios, lesiones personales, violencia intrafamiliar; solo por mencionar algunas.

Hoy, reitero mi rechazo enérgico a los hechos ocurridos el pasado fin de semana en Armero (Tolima), en donde la menor Sara Yolima Salazar fue víctima de abandono, maltrato físico y abuso sexual. De la misma forma los hechos ocurridos en Fuente de Oro (Meta); y en Soledad (Atlántico) donde las victimas también fueron dos menores de edad; sucesos atroces e infames que ya son conocidos por todos a través de los medios de comunicación.

 

JIMMY CHAMORRO CRUZ

Senador de la República